Indagación del choteo

"lol wut" by Stfuah

Revisando viejos archivos me encontré con Indagación del choteo, una brillante conferencia del intelectual y filósofo cubano Jorge Mañach (1898-1961). He aquí un fragmento que no tiene desperdicio.

Hubiera errado mucho su propósito esta conferencia si dejara la impresión de que, al condenar el choteo sistemático, he querido también desestimar o menospreciar aquellas manifestaciones del jovial ingenio que son la sal de la vida, o aquella alegría limpia y sana cuyo cultivo es, precisamente, la consigna de nuestro tiempo. La misma burla es a veces lícita y necesaria: «cosas hay –decía Gracián– que se han de tomar de burlas, y tal vez las que el otro más de veras»; pero «el mismo nombre de sales está avisando cómo se han de usar», y lo detestable es tan sólo «venir a parar en hombre de dar gusto por oficio, sazonador de dichos y aparejador de la risa».

La alegría es aún más apetecible, porque cuando es alegría auténtica, denuncia una juventud interior, una riqueza de vitalidad que multiplica nuestro entusiasmo para todas las faenas del esfuerzo. Si por algo el arte de nuestro tiempo sustenta una briosa reacción contra el romanticismo de nuestros mayores, es precisamente porque al romanticismo –melancólico y lacrimoso– le faltaba esa energética alegría del hurra, que estremece, como una conquista o como una aspiración, hasta el arte más dramático de la hora actual.

(1928)

Jorge Mañach. Imagen perteneciente al archivo fotográfico de la revista Bohemia.

La foto gourmet (8)

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© Joseba M. Arginzoniz Martin

POEMA CI

La criatura de isla paréceme, no sé por qué, una criatura distinta.
Más leve, más sutil, más sensitiva. Si es flor, no la sujeta la raíz; si es pájaro, su cuerpo deja un hueco en el viento;
si es niño, juega a veces con un petrel, con una nube…
La criatura de isla trasciende siempre al mar que la rodea y al que no la rodea.
Va al mar, viene del mar y mares pequeñitos se amansan en su pecho, duermen a su calor, como palomas.
Los ríos de la isla son más ligeros que los otros ríos.
Las piedras de la isla parece que van a salir volando…
Ella es toda de aire y de agua fina.
Un recuerdo de sal, de horizontes perdidos, la traspasa en cada ola, y una espuma de barco naufragado le ciñe la cintura, le estremece la yema de las alas…
Tierra firme llamaban los antiguos a todo lo que no fuera isla.
La isla es, pues, lo menos firme, lo menos tierra de la Tierra.

© Dulce María Loynaz (Poemas sin nombre, 1953)

Con la luna en mi nariz

No te engaño si te digo que me estremezco cada vez que escucho esta canción. Recuerdo lo que sentí cuando me la dedicaste por primera vez. Por un momento dudé, llegué a pensar que Shakira la había compuesto para nosotros. Ahí la gran revelación, viniste a buscarme entre sueños sin brújula, a tornar azul este gris de lluvia menuda y fría, a desterrar la nostalgia con tu disparo al aire. Dijo alguien que cada cual alcanza lo que se merece, y tú, al regalarme enero me has dado el privilegio de la alegría y me has devuelto el cielo donde colgar mis soles y mi fe. Gracias… por la madrugada del 20 de enero, por descarrilar el tren, por aprender a calar los enigmas que me cautivan.

Voy a curarte el alma en duelo
Voy a dejarte como nuevo
Y todo va a pasar
Pronto verás el sol brillar

Tú más que nadie merecer ser feliz

Ya vas a ver como van sanando
Poco a poco tus heridas
Ya vas a ver como va
La misma vida a decantar la sal que sobra en el mar

Y aunque hayas sido un extranjero
hasta en tu propio país
Si yo te digo ¿cómo dices tu?
Tu aún dices ¿que decís?
Y lloras de emoción oyendo un bandoneón

Y aunque parezcas despistado con ese caminar pausado
Conozco la razón que hace doler tu corazón
Por eso quise hacerte esta canción…

DÍA DE ENERO