La ética medioambiental, a propósito del Día de la Tierra

Hoy 22 de abril se celebra el Día de la Tierra, instaurado en 1970 por el senador estadounidense Gaylord Nelson, que en sus clases animaba a los estudiantes para que desarrollasen proyectos de sensibilización medioambiental en sus comunidades.

Pero por muy de moda que esté la ética medioambiental, todavía no se puede hablar de una verdadera ética, sino de simples códigos deontológicos de protección ambiental. Un código deontológico es una serie de normas que formulan y asumen quienes llevan a cabo una correcta actividad profesional. En ellos se recogen los valores éticos de cualquier profesión. Eso es lo que se ha hecho pero aplicados a la protección del ecosistema.

Si se han creado estos códigos se debe al miedo que encierra el cambio climático y la escasez de los recursos naturales. Por tanto es sólo el interés, el utilitarismo o una visión estratégica lo que ha llevado a varios sectores a abogar por una reformulación ética que se desvíe de la ruta del colapso ecológico.

Hablar de una verdadera ética medioambiental se referiría a considerar a la naturaleza como un ente con valor en sí mismo. Un código deontológico cumple con su función, ya que permiten sentar las bases normativas para una mayor protección del medio ambiente o por lo menos una menor aniquilación de éste.

Al usarse la gente acata dichas normas, no necesariamente por un amor o respeto a la naturaleza, sino porque prefiere esta condición, frente a la posible incomodidad que acarrearía no poder disfrutar más de los beneficios que le otorga los recursos naturales.

Queda camino que recorrer para considerar que la naturaleza se merece un reconocimiento ético por lo que significa en sí misma. Días como hoy invitan a este tipo de reflexiones.

Ilustración: Bigshot-0

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Gagarin desde el espacio: «La Tierra es azul»

Siempre vamos a recordar las palabras que Yuri Gagarin pronunciara al ver nuestro planeta mientras lo observaba desde el espacio: «La Tierra es azul; es muy hermosa, es increíble». Eso ocurrió el 12 de abril de 1961. El cosmonauta ruso se convirtió en el primer ser humano en contemplar esta maravilla que 50 años después sigue siendo azul y hermosa. Y Google, al tanto de las grandes efemérides de la humanidad, recuerda con un «doodle» este gran paso en la era sideral.

De vuelta al ciberespacio

¡Qué frío!

Luego de unas merecidas vacaciones en mi tierra natal, donde me encontré con dos buenos frentes fríos y temperaturas de 5 grados celcius, vuelvo al ciberespacio. Espero hayan comenzado con buen pie el año. Por ahí nos veremos. ¡Feliz día!

Cómo hacer cine (lecciones décima y oncena)

"Nude Photographer" by Digitalarticulation

DÉCIMA LECCIÓN
Nunca trabajes en el papel tus movimientos de cámara. Llega a los sitios pensando que no vas a mover la cámara, que no vas a iluminar, que no vas a inventar. Llega vacío, sin la menor intención. Echa a andar el motor de la cámara y vive. No crees escenas, crea accidentes. Esos accidentes no los crees en dirección a la cámara. Tú no estás haciendo una película, estás metido en un accidente. Parte del accidente son tus movimientos de la cámara.

DECIMOPRIMERA LECCIÓN
Y de pronto el gran placer. Una toma pensada con la cámara opinando con luz artificial, con «Actuaciones» (¡un verdadero postre!).

En verdad te digo, por este camino puedes llegar a hacer películas de Hollywood de los años 40. Si quieres ser un gran cineasta de vanguardia, vuelve a filmar «Lo que el viento se llevó», exactamente igual, con actores de cuerpos gemelos a los de Clark Gable y Vivien Leigh. Si logras que tu película no pueda distinguirse de la original, has pasado a la historia.

© Alejandro Jodorowsky

Cómo hacer cine (novena lección)

"Naked True About Apple" by Gutku

NOVENA LECCIÓN

No importan los movimientos de la cámara. Ella debe moverse sólo cuando no se puede quedar quieta. Tú llevas el alimento en la mano. La cámara es un perro. Hazla que con hambre siga al alimento. El hambre hace que el animal se borre. No hay perro, hay hambre, no hay cámara. Hay acontecimientos. Nunca te puedes comer la manzana entera en el mismo instante. Tienes que dar mordiscos. Mientras comes tienes una parte. Debes saber que el trozo que mascas no es la manzana entera. Nunca puedes tener la manzana entera en la boca porque por muy grande que sea tu boca, no puede caber en ella el fruto que es parte del árbol ni el árbol que es parte de la tierra. La pantalla es tu boca. Allí entran pedazos. Partes del accidente. No intentes trabajar con tomas absolutas. No creas que existe la toma mejor. A la manzana la puedes morder en cualquier sitio. Si la manzana es dulce, no importa por dónde empieces a comerla. Preocúpate de la manzana, no de tu boca. ¡Cineasta! Antología de fragmentos, tú también un fragmento; tu película inconclusa, eres parte, eres continuación. No hay cierres. Mata la palabra fin. Empezarás una película el día en que te des cuenta que simplemente continúas. No busques el prestigio. Desdeña los efectos. No adornes. No pienses lo que la imagen va a producir. No la busques. Recibe las imágenes. La caza está prohibida. La pesca permitida.

© Alejandro Jodorowsky