«Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona, se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias».
«Hay que creer en el poder de la voluntad. No es verdad que el porvenir esté totalmente determinado. Un gran hombre puede modificar el curso de la historia. Todo el que tenga el valor necesario como para querer algo, puede modificar su propio porvenir».
Fragmento del libro La conducción de la vida,
del escritor francés André Maurois (1885-1967).
No te engaño si te digo que me estremezco cada vez que escucho esta canción. Recuerdo lo que sentí cuando me la dedicaste por primera vez. Por un momento dudé, llegué a pensar que Shakira la había compuesto para nosotros. Ahí la gran revelación, viniste a buscarme entre sueños sin brújula, a tornar azul este gris de lluvia menuda y fría, a desterrar la nostalgia con tu disparo al aire. Dijo alguien que cada cual alcanza lo que se merece, y tú, al regalarme enero me has dado el privilegio de la alegría y me has devuelto el cielo donde colgar mis soles y mi fe. Gracias… por la madrugada del 20 de enero, por descarrilar el tren, por aprender a calar los enigmas que me cautivan.
Voy a curarte el alma en duelo Voy a dejarte como nuevo
Y todo va a pasar
Pronto verás el sol brillar
Tú más que nadie merecer ser feliz
Ya vas a ver como van sanando
Poco a poco tus heridas
Ya vas a ver como va
La misma vida a decantar la sal que sobra en el mar
Y aunque hayas sido un extranjero
hasta en tu propio país
Si yo te digo ¿cómo dices tu?
Tu aún dices ¿que decís?
Y lloras de emoción oyendo un bandoneón
Y aunque parezcas despistado con ese caminar pausado
Conozco la razón que hace doler tu corazón
Por eso quise hacerte esta canción…
Una palabra no dice nada
y al mismo tiempo lo esconde todo
igual que el viento que esconde el agua
como las flores que esconde el lodo.
Una mirada no dice nada
y al mismo tiempo lo dice todo
como la lluvia sobre tu cara
o el viejo mapa de algún tesoro.
Una verdad no dice nada
y al mismo tiempo lo esconde todo
como una hoguera que no se apaga
como una piedra que nace polvo.
Si un día me faltas no seré nada
y al mismo tiempo lo seré todo
porque en tus ojos están mis alas
y está la orilla donde me ahogo,
porque en tus ojos están mis alas
y está la orilla donde me ahogo.
Y con esta sencilla y a la vez profunda canción de uno de mis cantaurores favoritos, Carlos Varela, me despido. Fueron dos meses y medio de locura, arrebato, alegrías, tristezas, incertidumbres, descubrimientos, encontronazos, conquistas, derrotas y muchísimas sensaciones más. Fue una interesante y enriquecedora experiencia saber que personas ajenas, distantes y desconocidas se estremecieron con lo que escribí.
Si en algún momento le hice la vida un poquito más feliz a alguien, enhorabuena; si, por el contrario, removí espinas y heridas, lo siento, mi más sincero perdón. De cualquir manera, un abrazo, un abrazo desde donde nacen estas palabras que no dicen nada y al mismo tiempo lo dicen todo…
Me marcho con mi música y mi verdad a otra parte, mi verdad que no dice nada pero al mismo tiempo lo esconde todo, como esta hoguera que no se apaga, como esta piedra que rodó rumbo al éxtasis y extravió la ruta de los abrazos soñados.
Agradecido.
Adrian R. Morales
Life is short!
Break the rules,
Forgive quickly,
Kiss slowly, Love truly,
Laugh uncontrollably,
And never regret anything that made you smile!
Antier pudo haber sido el comienzo del fin. Pero algo sucedió que impidió el desenlace que temía al exponerte mi punto de vista. Y cuando te fuiste ese día me quedé pensando si hacía bien en aceptar esta «opción» que propones, pues parece que hasta tanto no vislumbremos una luz al final del túnel, seguiremos caminando sobre arenas movedizas. ¿Y si al final estos intentos son fallidos? ¿Cómo evitar las nubes negras que se me avecinarían? El tiempo dirá. A mí solo me queda dejarme llevar. Pero créeme que ando como en una nube –para hacer referencia a la canción de Álex Ferreira–, con la diferencia de que no estoy sentado, sino en un pie. A la menor sacudida…, caigo. ¿Y quién estará abajo para frenar mi caída? ¿Tú? Sí, es contigo, deja de mirar a los lados y refugiarte en la soledad de tu cuarto… No me arrepiento para nada de las dos noches posteriores y el día entero que vivimos juntos, fueron intensas horas de semiconfabulación y semicomplicidad. No me arrepiento de todo lo que te hice, te disfruté al máximo… Tengo fe en que las migajas se tornarán en abundante cosecha y cada sonrisa vertical tuya me premiará como a un semidios que regresa victorioso de la guerra. ¿Sabes? Te espero. Te espero porque me siento tan cerca de ti que hasta pudiera habitarte, basta con que tu aliento me desvista y sientas las vibraciones de este amor total que resume mi esencia de siglos de búsqueda. No imaginas lo que sentí cuando te vi en el aeropuerto el jueves, fue algo de película, fueron esas ganas que ya conoces de irte arriba o abajo –lo segundo no pudo ser en público, la circunstancia no lo permitió. De pronto te imaginé como una aparición divina y pensé en el amor que revuelca los sentidos y propicia la armonía perfecta, en pleno desafío a algún dios, y la felicidad suprema me pareció pecado. Todo eso pasó por mi mente en los breves minutos del reencuentro.
P.S. Y no hagas como que no leíste, que este post sí es para ti.
Sembraron un abrazo: