Luego de unas merecidas vacaciones en mi tierra natal, donde me encontré con dos buenos frentes fríos y temperaturas de 5 grados celcius, vuelvo al ciberespacio. Espero hayan comenzado con buen pie el año. Por ahí nos veremos. ¡Feliz día!
¡Vacaciones! Estoy de vacaciones. Es posible que no actualice el blog durante dos semanas, pero les dejo con una felicitación sincera y los buenos deseos de que el 2011 sea un mejor año para todos. Nos vemos a la vuelta. Un abrazo.
En la vida hay momentos mágicos que nada hará que los olvidemos.
En buena parte del mundo se celebró hoy el Día de las Madres, menos en República Dominicana. Eso no impidió que desde este lado del hilo telefónico le comunicara a la autora de mis días, en La Habana, lo mucho que la quiero y la extraño. Esos momentos no tienen precio y son el mejor regalo que dos seres que se adoran se pueden dar.
Ese tríptico es de mi visita a Cuba en diciembre. Nos divertimos mucho bailando salsa y merengue, cantando y riéndonos etre sorbos de vino de caña, vino de piña y cerveza Bucanero, y chicharrones de puerco.
Mi hermano hasta sacó unos pasos de bailarín de Tropicana que tenía debajo de la manga. No crean que para conquistar a la hija de Yenima, pues ella está comprometida y se casa este año. A la derecha, la prueba del delito. No es coincidencia ni parte de la coreografía, la vestimenta es así a propósito. Compré dos «pulovers» de la misma marca: el naranja para mí y el rojo para mi hermano. Esos días de finales de diciembre y principios de enero, aunque no fueron fríos, sí sopló una agradable brisa. Y yo aproveché para llenar mis pulmones de brisa habanera, de familia, de dicha.
Para hacer más festivo este post, quiero traer un tema que mami solía entonar cuando yo era chiquito. Hubiera querido «La tarde está llorando», por Sonia Silvestre, pero no sé por qué razón nadie ha subido a Youtube un video de calidad. Podría dedicarle una canción de Bonney M, Abba, Jeanette –»Porque te vas»–, Lolita, Serrat, Ana Belén…, pero me voy por esta de la italiana Raffaella Carrá, «Rumore», un clásico de la era disco. Una confesión: de niño estaba enamorado de la Carrá.
No te engaño si te digo que me estremezco cada vez que escucho esta canción. Recuerdo lo que sentí cuando me la dedicaste por primera vez. Por un momento dudé, llegué a pensar que Shakira la había compuesto para nosotros. Ahí la gran revelación, viniste a buscarme entre sueños sin brújula, a tornar azul este gris de lluvia menuda y fría, a desterrar la nostalgia con tu disparo al aire. Dijo alguien que cada cual alcanza lo que se merece, y tú, al regalarme enero me has dado el privilegio de la alegría y me has devuelto el cielo donde colgar mis soles y mi fe. Gracias… por la madrugada del 20 de enero, por descarrilar el tren, por aprender a calar los enigmas que me cautivan.
Voy a curarte el alma en duelo Voy a dejarte como nuevo
Y todo va a pasar
Pronto verás el sol brillar
Tú más que nadie merecer ser feliz
Ya vas a ver como van sanando
Poco a poco tus heridas
Ya vas a ver como va
La misma vida a decantar la sal que sobra en el mar
Y aunque hayas sido un extranjero
hasta en tu propio país
Si yo te digo ¿cómo dices tu?
Tu aún dices ¿que decís?
Y lloras de emoción oyendo un bandoneón
Y aunque parezcas despistado con ese caminar pausado
Conozco la razón que hace doler tu corazón
Por eso quise hacerte esta canción…
Sembraron un abrazo: