La fuerza

Mi carta del tarot de hoy es La Fuerza. No es que tenga que guiarme por una carta para saber qué voy a hacer o cómo proceder, pero me topé con ella… ¿Casualidad? Al menos me hace pensar, y pensar es bueno. De cualquier manera, es buen signo… para mí.

Significado

Este arcano simboliza el impulso interior que mueve al espíritu, la confianza en la razón y el optimismo del que sabe que los Dioses lo protegen. Aquí el placer es más que mera fuerza vital, comprende tanto la pasión como la alegría, así como el gusto de experimentar el poder. Representa los distintos aspectos y actitudes que se integran y se combinan para conseguir una verdad holística en una experiencia orgiástica. La energía que vemos aquí equivale al poder sin frenos del orden creativo original; libre de la moralidad y la lógica opresora. El animal interior no se doma, ni se integra por la fuerza y la represión, sino mediante la aceptación y la sumisión. Este es el secreto del Tantra, la conciencia de que la unión aprovecha cada momento y acepta cada aspecto de la vida sin rechazar nada. El camino hacia la trascendencia recorre todas las formas de lo terrenal. 

En lo concreto:
 Otorga pasión sin violencia, porque el arma será la resistencia. Reivindicación de lo justo. 

En amor: Los sentimientos son intensos, de profundo amor, a cambio de nada. Etapa de exquisita sexualidad y sensualidad.

(Los demás aspectos me los reservo).

23 de septiembre

A mí no se me podría olvidar una fecha importante, como el día del mes en que nos hicimos novios, o el cumpleaños de mi mamá, la excepcional autora de mis días… Y no es que tenga un disco duro bien afilado. Es que hay fechas que se tatúan en las paredes del corazón y no se borran, así pasen tsunamis, terremotos o trombas marinas… Puede que sea malo olvidar, pero ya veo que también es un problema «acordarse». Al parecer, estos tiempos son más desenfadados, de menos compromiso, más musicales… En pocas palabras, no está de moda andarse con detalles. Ya lo he comprobado en carne propia y en carne ajena. Debo parecerte anacrónico, un personaje salido de una novela de Turguéniev. Y entonces llego a cuestionarme la razón de ser de este blog y si en realidad mi perfil se asemeja más al de un «amigo con derecho» –tema que ya discutimos y dejamos atrás. Ya ni sé si deba seguir «posteando». En lo que decido qué hacer, me despido evocando el sabor de los chocolates (del segundo piso) que no me comí y con estos versos del mexicano Amado Nervo:

Pobres páginas, que ansiaron
con la mayor de las ansias
decir tan intensas cosas
y al fin no dijeron nada.