Cuando los besos cuelgan de elevados andamios
agosto 5, 2008 Deja un comentario
Hoy pagué cara mi demora. Me perdí lo que más he estado deseando desde que nos despedimos el viernes: poseerte, besarte (mucho), seducirte, ser tu dueño quién sabe por cuántos minutos que pudieron saber a gloria. No sé si conformarme, lo que pasó –o lo que no pasó– es parte del pasado y no se puede llorar por lo que ya fue –o lo que no fue. Hoy me traicionaron las circunstancias, esas mismas que pueden jugar en tu equipo o hacerte la guerra más feroz. Hoy la frustración bajó en un ovni sin avisar y se parqueó a mi lado. Que no piense que va a echar raíces aquí. De alguna manera tengo que desterrarla. Hoy la gloria nunca llegó. Los besos quedaron colgando de un andamio más alto que mis deseos magullados.
(Lunes, 8:21PM. Antes de la conversación más o menos esclarecedora.)
Sembraron un abrazo: