Sin tu latido, dice un cantautor

Hay algunos que dicen
que todos los caminos conducen a Roma
y es verdad porque el mío
me lleva cada noche al hueco que te nombra
y le hablo y le suelto
una sonrisa, una blasfemia y dos derrotas;
luego apago tus ojos
y duermo con tu nombre besando mi boca.

Ay, amor mío,
qué terriblemente absurdo
es estar vivo
sin el alma de tu cuerpo,
sin tu latido.

Que el final de esta historia,
enésima autobiografía de un fracaso,
no te sirva de ejemplo,
hay quien afirma que el amor es un milagro
que no hay mal que no cure
pero tampoco bien que le dure cien años;
eso casi lo salva,
lo malo son las noches que mojan mi mano.

Aunque todo ya es nada,
no sé por qué te escondes y huyes de mi encuentro.
por saber de tu vida
no creo que vulnere ningún mandamiento;
tan terrible es el odio
que ni te atreves a mostrarme tu desprecio,
pero no me hagas caso,
lo que me pasa es que este mundo no lo entiendo.

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Una de Café del Mar

Tabula Rasa – «Sunset at the Cafe del Mar»

La imagen de Daniel Cinque y el tema que cierra el volumen 1 de Café del Mar invitan… y de qué manera…

Fanfare of Life 6:07 Leftfield

Lluvia + gris + chocolate = hacerte el amor junto a la ventana

El día está para cerrar las puertas del mundo y enclaustrarnos en mi cuarto a devorarnos lentamente mientras la lluvia destila su música sobre los toldos de zinc. Empujarte, así, en cámara lenta contra la pared y desabrochar cada botón y bajar cada zipper que se te ocurra traer… Lo tengo todo muy bien pensado, hasta los chocolates. Desde que empezaron las lluvias hace dos días me has dado pistas de lo que te gustaría hacer conmigo, y yo feliz, preparando el terreno. Quiero que nos atemos los cuerpos con la total libertad del espíritu, la complicidad de las razones, la soltura de dos almas despojadas de temores. En estos días hay poesía en todo, en especial en ti, desde los profundos horizontes de tus ojos inquietos hasta los finos dedos de tus pies que mi saliva quiere humedecer… Hoy quiero imbricarme contigo más allá de lo tangible, la vida nos acostumbra a existir y llega un momento en que dejamos de ver la magia que nos circunda, el latir de un día como el de hoy, gris, que ha puesto su empeño en regalarnos un abrazo denso, como los orgasmos a los que alguien les cantó en alguna canción. No digas nada. Deja que sea yo quien escudriñe los recovecos de tu presencia y te invite al claro de mi bosque y tendidos en la yerba encendamos el fuego de la consumación. Solo faltas tú.

P.S. I got a little surprise for you… Wanna see it?