A propósito de cumplirse una década de la tragedia del 11 de septiembre, la sección El cartel trae hoy a un peculiar protagonista, el World Trade Center, cuyas emblemáticas Torres Gemelas –símbolos del desarrollo de Nueva York– hicieron no pocas apariciones en películas de Hollywood. Unas veces en la distancia, otras en primer plano, las torres supieron acaparar la atención en su corta carrera cinematogáfica. Este montaje así lo demuestra.
Y como este espacio es para acercarnos al cine desde los afiches, aquí van varios –unos más logrados que otros– de algunas de las películas del video:
Hoy me levanté tarareando algunos clásicos que me traen gratos recuerdos de mi infancia y no dudé en buscarlos en Youtube para compartirlos con ustedes… Cuántos recuerdos, ¿eh?
Y uno de mi adolescencia… Ah, aquella fiesta de 15 de la carismática Odelín…
Mientras navegaba por algunos portales de noticias, me tropecé con que una serie animada cubana, «Pubertad», tuvo gran éxito en Italia, en el festival anual Cartoon on the Bay, convocado por la RAI y en el que participan los principales estudios de animación del mundo. Bravo por el animado cubano, que siempre ha gozado de gran prestigio.
Hace tiempo había visto en Youtube muchísimos muñequitos «rusos» que pasaban en Cuba y de los que mi generación puede memorizar muy bien. Es chistoso porque de niños decíamos «muñequitos rusos» no importaba que no fueran rusos. En esa categoría caían casi todos los del ex campo socialista, por lo que en realidad podían ser checos, rumanos, húngaros, búlgaros, alemanes (la República Democrática)…
Eran animados mágicos que vistos ahora, al cabo de los años, encienden la nostalgia de manera muy especial. A diferencia de la mayoría de muñequitos estadounidenses, los «rusos» resaltaban valores éticos y humanos como la amistad y el compañerismo. Este que les traigo era uno de mis favoritos. No sé nada de ruso, pero la música es genial. Para ustedes, «Los músicos de Bremen»:
P.S. Recuerdo haberlos visto en el Cinecito, en el Bulevar de San Rafael, cuando daban aquellas tandas de muñequitos y era la gloria, porque eran en colores. ¡Cuántos recuerdos!
Sembraron un abrazo: