
«La distancia no es razón para llorar, sino para tener algo por qué vivir». (Anónimo)
P.S. Me voy por unos días a un lugar donde me esperan mágicos abrazos, donde mis baterías se recargarán con las energías más positivas del mundo, donde veré la luz que hace seis años no veía y respiraré la brisa de un mar que durante años me sonrió y me salpicó de bendiciones… Sé que entiendes esta momentánea separación y sabes que te hubiera llevado conmigo. De hecho, te llevo en cada latido, en cada pensamiento que se asoma a mi memoria, en mi piel que recién has estrenado y estás aprendiendo a descubrir. Anoche cuando me besaste para despedirnos sentí incontrolables impulsos por todo mi cuerpo, me puse atómico, creo que levité… Percibí una intensidad que no habías manifestado hasta ahora y me dormí feliz y soñé contigo y te hice al amor en mis sueños y cantamos juntos nuestras canciones favoritas. No me he ido y ya te extraño, como si se escapara el tiempo y no hubiera consuelo, con el miedo de que se me desborden dentro los besos y las caricias… Te quiero, tú sabes hasta dónde y de vuelta.
Sembraron un abrazo: