Google recuerda a Cézanne

Siempre es grato abrir la página de inicio de Google y ver que el buscador número uno de internet se hace eco de las grandes efemérides. Hoy no es la excepción. El «google doodle» de este día, 19 de enero de 2011, conmemora el 172 aniversario del nacimiento del pintor francés Paul Cézanne, padre del arte moderno.

Aunque en vida no tuvo el reconocimiento que merecía, Cézanne dejó un legado artístico que inspiró a creadores de la talla de Picasso, Braque y Gris, quienes también exploraron la simplificación geométrica y los fenómenos ópticos abordados por el postimpresionista francés. Matisse admiraba su utilización del color y Picasso desarrolló la estructura de la composición plana de Cézanne para crear el estilo cubista. Según Picasso, Cézanne era su único maestro. «No creáis que me limitara a mirar sus cuadros… Pasé años estudiándolos… Cézanne era como un padre para todos nosotros», dijo.

Imposible no acordarme del poema Rojo cinabrio, del peruano Carlos Oliva, publicado en este blog en noviembre de 2008. He aquí un fragmento:

… No murió Cézanne de muerte natural,
Artificial o accidental
(Sabía desmayarse/
Desvanecerse entre los viñedos);
Tampoco por sentir con la percepción;
Tampoco por pensar como el melocotón
(De manera aduraznada ser y ver),
No por abandonarse bajo la lluvia nocturna
Ni por mirar fijamente el infinito
Imperfecto…

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Rojo cinabrio

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«Naturaleza muerta con cebollas y botella» de Paul Cézanne
.
ROJO CINABRIO

Cézanne no murió de hambre,
Sed o tristeza.
Tampoco murió
Por un coma diabético; ni siquiera
Se murió de la risa.
Cézanne
No murió de insolación, vergüenza
O falta de espíritu.
Ni siquiera de amor.
Cézanne no murió
Por devorar tantas guindas ácidas
En una sola tarde
Ni por padecer insomnio diurno;
Mucho menos por el deslumbramiento
Del blanco titanio
O por el rostro cenagoso de sus paisanos
(La muerte ni lo impresionaba).
Cézanne no murió de abandono, soledad
O por no tener suficientes bártulos
Que liar para su lenización de lo calcáreo
O por dejar de tener las resmas necesarias
Para el juego de sus manos pigmentadas;
Cézanne no murió por caminar demasiado
O por querer avanzar en demasía
Hacia lo imposible;
Ni siquiera por carecer de casa, calor
O de amigos labriegos.
No murió Cézanne de muerte natural,
Artificial o accidental
(Sabía desmayarse/
Desvanecerse entre los viñedos);
Tampoco por sentir con la percepción;
Tampoco por pensar como el melocotón
(De manera aduraznada ser y ver),
No por abandonarse bajo la lluvia nocturna
Ni por mirar fijamente el infinito
Imperfecto
Ni por debatirse tanto
Entre la angustia y la angustia.
Cézanne jamás murió.
Se la pasó agonizando
Pero nunca murió,
Salvo en la luz y el color
Que son eternas.

(Carlos Oliva ©)

Carlos Oliva (1960-1994), poeta peruano, fundador del grupo poético Neón… Más información aquí.