¡Qué hotel!

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En el parque principal de la ciudad de Ottensheim, en Austria, se encuentra el peculiar hotel Das Park. De apenas tres habitaciones y abierto de mayo a octubre, el éxito de esta sorprendente instalación es tal que las reservaciones solo pueden hacerse por internet.

Construido en tres gigantescos tubos de hormigón, de los que suelen usarse para el alcantarillado, el Das Park hace furor entre los turistas por su originalidad y sus precios económicos. El huésped paga lo que estime conveniente, por lo general, entre 6 y 20 euros.

Las habitaciones de este hotel alternativo, del artista Andreas Strauss, tienen conexión a internet, electricidad, cama doble y espacio para el equipaje. A los turistas no les importa que carezcan de baño, pues a su disposición están los servicios públicos del parque. El tema de la comida no es problema, existen varios restaurantes en los alrededores.

Les dejo una galería del hotelito.

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El cartel (8)

Hace poco exhibí los carteles de las candidatas al Oscar como Mejor Película. Hoy les toca el turno a las que optan por la codiciada estatuilla en el rubro de Mejor Película Extranjera.

"Waltz with Bashir" (Israel)

"Waltz with Bashir" (Israel)

"Entre Les Murs" (Francia)

"Entre Les Murs" (Francia)

"Revanche" (Austria)

"Revanche" (Austria)

"Der Baader Meinhof Komplex" (Alemania)

"Der Baader Meinhof Komplex" (The Baader Meinhof Complex) (Alemania)

"Okuribito" (Departures) (Japón)

"Okuribito" (Departures) (Japón)

Este año reina la ausencia del cine hispano en esta categoría. La favorita de Hollywood para alzarse con el Oscar es la israelí, una película animada del director Ari Folman que ya la prensa extranjera premió con un Globo de Oro.

La votación, secreta y directa de los más de 5,800 miembros de la Academia, termina siendo cuestión de gustos, subjetiva, por eso hablar de unanimidad es imposible. A diferencia de los festivales, no hay premio a la popularidad ni distinción de la crítica. Y por lo general, entre los materiales galardonados prevalece la calidad, aunque a veces nos preguntemos cómo es posible que filmes con notables pifias o impresiciones históricas sean los agraciados.

¿Quién no recuerda en «Ben Hur» (1959) los flamantes relojes que llevaban Charlton Heston y otros personajes? Por Dios, era la época del Imperio Romano. Eso no le impidió llevarse 11 premios Oscar. En «Cleopatra» (1963), otra película épica, un avión aparece en el aire, en pleno siglo I. En otra escena Liz Taylor, quien encarna a la reina de Egipto, pasa por debajo del arco de Constantino, cuando todavía faltaban 350 años para que éste fuera construido. Ni «Forrest Gump», Oscar a la mejor película en la edición de 1994, se salva. En 1975, el personaje que interpreta Tom Hanks invierte en Apple, pero para entonces esa empresa no cotizaba en la bolsa.

¿Y qué decir de «The Lord of the Rings», «Titanic», «Matrix», «Batman», «Apollo 13», «Braveheart», y la reina de los gazapos, «Gladiator»? La lista es interminable y yo no sé por qué salté de cine extranjero en Hollywood a erratas del cine de Hollywood.