Hoy es un día para celebrar. Nada de lágrimas… Sonrisas, de oreja a oreja si es posible. El 20 de julio de 2008 inicié un viaje –hasta ahora sin retorno– con la versión definitiva de esta bitácora. Llegar a 417 entradas en 12 meses, sin contar la que estás leyendo, es ejemplo de constancia e interés por mantener actualizado este espacio, por cultivar valores, acercarme a personas que a veces necesitan una palabra de aliento, de identificación, o un abrazo como sugiere el nombre del blog.
El camino ha sido interesante, la experiencia enriquecedora, nadie dijo que sería sencillo, tampoco vaticinaron que sería extenuante. Alegrías y tristezas se montaron en la balanza. El peso de las alegrías y las verdades desequilibró la balanza y desterró las tristezas, las penas y los desengaños. Las malas yerbas fueron arrancadas de raíz por manos amigas unas veces, por mis manos otras.
Cuántos puentes se han tendido, cuántos abrazos, buenas energías y conocimientos compartidos. Feliz de recibir al visitante 80,000 –acontecimiento que de seguro sucede en las próximas horas– y sorprendido de haber llegado tan lejos en el ranking mundial de internet, al puesto 861,323, y al lugar 1,325 de República Dominicana, según datos aportados hoy por la compañía Alexa.com.
Pero lo más importante es que seguimos aquí, al alcance de un par de clics. Y si termino este post con una canción, es porque la fecha lo exige. Para todos, Himno a la alegría, una composición de Amado Regueiro Rodríguez, basada en el último movimiento de la «Novena Sinfonía» de Beethoven y que Miguel Ríos hizo famosa en todo el mundo.
De acuerdo con los especialistas, la respuesta orgásmica es una sola, aun cuando los estímulos sexuales se reciben a través de distintas zonas del cuerpo, o con la fantasía. Algunas mujeres llegan al orgasmo por estimulación de los pezones, otras por caricias en el Monte de Venus, o por estimulación en la zona anal. Poco más del 50% de la población femenina, además de la penetración, necesita ser estimulada en el clítoris y los labios menores. Apenas un 35% llega exclusivamente por penetración, y en este caso siempre está implícita la estimulación directa o indirecta del clítoris.
¿De quién es la culpa?
María Eugenia llevaba años sin relaciones sexuales con su esposo. “Nunca conseguí un orgasmo con él, pero sí mediante la masturbación. Después me enamoré locamente de mi nueva pareja, pero aunque disfrutaba muchísimo con él, tampoco conseguí un orgasmo, por lo que él decidió marcharse”, nos cuenta con visible muestra de insatisfacción.
Algunas mujeres suelen culpar a su compañero de no saberlas conducir al placer. En las consultas de terapia sexual son frecuentes las quejas: “mi novio es un semental, aguanta cantidad, pero yo no llego”, o “él solo piensa en su disfrute, no se preocupa por saber qué me gusta a mí”.
Puedes leer el artículo completo en la sección Planeta Mujer de Cayena.com.do…
Sembraron un abrazo: