Fernando Darder, entrevista exclusiva

Fernando Darder: “Lo que más nos han agradecido en Haití es el apoyo moral”

El valenciano Fernando Darder acude a donde más lo necesiten. Estuvo en el contingente de emergencia que socorrió a Indonesia tras el tsunami de 2004 y ha abogado por los derechos fundamentales del ser humano, al involucrarse con su ONGD Esperanza Sin Fronteras (E.S.F.) en la abolición de la mutilación genital femenina en Etiopía. El terremoto lo llevó de vuelta a Haití, donde E.S.F. había levantado un campamento hace 12 años para ayudar a madres adolescentes. En aquella ocasión el caos no les permitió continuar con la misión. Esta vez, a pesar del desorden reinante, Darder llevó consigo más de 21,000 euros concedidos por el Ayuntamiento de Sagunto y la ayuda brindada por Ortopedia Arco, empresa privada que donó material ortopédico para unos 60 niños que perdieron alguna extremidad.

Escuchar su contundente relato –en exclusiva para Revista Mercado– no puede lograr otra cosa que identificarnos más con la situación del vecino país: “Además del campo de refugiados que teníamos a nuestro cargo, ayudamos a otro que había sido abandonado por estar fuera del perímetro de seguridad. Y todo lo que queda fuera de esa zona no es prioritario para Estados Unidos, país que coordina la ayuda internacional. Tuvimos que ingeniárnosla para aplicar el ‘donde comen cuatro, comen ocho’. Pero el apoyo moral, la recuperación de la autoestima, es lo que más nos han agradecido”.

Revista Mercado: ¿Cuál es el panorama que encuentra E.S.F. cuando llega a Haití tras el terremoto?

Fernando Darder: Llegamos a un campo de refugiados que no ha recibido la ayuda humanitaria de nadie y que estaba fuera del perímetro de seguridad. Sabes que todo está coordinado por Estados Unidos en un Centro de Cooperación Internacional y todo lo que queda fuera no es prioritario para esa ayuda. Pero los haitianos están enfermos necesitan mucha atención, no tienen nada de nada. Alguien nos pidió muy diplomáticamente que por favor ayudáramos, aunque fuera con pan, a otro campo que estaba escondido dentro de un centro de geología aplicada.

RM: ¿Por qué nadie estaba a cargo de ese campamento?

FD: Guatemala llegó desde el primer momento, pintaron las paredes e intentaron crear el campo de refugiados con 15 carpas. Entonces llega un momento en que es muy problemático e inseguro para ellos estar ahí atendiendo a una población hambrienta y con necesidades. Al ver las condiciones, se nos vuelca el corazón. Bajo mi responsabilidad me encargué de la gestión de la comida. En nuestro campo damos una alimentación básica, pero estamos coordinando a través de otras organizaciones a ver si se pueden hacer cargo de los campos de refugiados porque nos vamos con cierta sensación de abandono. Eso es algo que personalmente en este caso y en este proyecto me está marcando, aunque estemos haciendo otras cosas paralelas, como la puesta en marcha de un proyecto de prótesis para 50 o 60 niños mutilados por la catástrofe.

(Continúa leyendo la entrevista en Revista Mercado).

(Fotos cortesía de Fernando Darder y Esperanza Sin Fronteras)

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Acerca de Adrian Morales
Editor, periodista, escritor, corrector de estilo. Encantador... de serpientes.

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