Para bailar entre los dos esta canción

Quiero llevar el ritmo de tu corazón
para bailar entre los dos esta canción
la verdad, me estoy volviendo a enamorar
la verdad, quiero que sepas que….

Lo que yo siento por ti, es amor
Ganas que me hacen util, el corazón
droga que me hace inmune, ante el dolor
gotas de agua dulce, rayo de sol.

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Hace un mes te conocí

Fue hace un mes, una calurosa tarde de julio. Todo pareció confabularse para que nos encontráramos. Gracias por existir. Te quisiera decir tantas cosas, pero sé que no debo, no hoy. Déjame disfrutar la ilusión de este minianiversario, déjame soñar y estremecerme con los pocos arpegios que han emanado de tus cuerdas. Yo sabré tejer una sinfonía y añadirle mis notas más encarnizadas, esas que me brotan solas y ya no sé dónde ponerlas.

¡Feliz 10 de agosto!

Mi libro favorito de todos los tiempos

Todos tenemos un libro favorito, aunque prefiramos muchos que han marcado de alguna forma nuestra existencia y forma de percibir la vida. El libro que más quiero, incluso por encima de Rayuela, Crimen y castigo y La insoportable levedad del ser, es La Nebulosa de Andrómeda. Esta genial obra del ruso Iván Efrémov trata del futuro de la humanidad. Es admirable ver cómo en 1958, año en que se publicó por primera vez la novela, se podía hablar con tanto criterio del extraordinario desarrollo de la ciencia y la técnica, de una nueva organización de la sociedad y de la vida del Universo en la “Era del Gran Circuito”. También hay algo interesante con las fechas del autor y las fechas mías, lo cual hace que mi fascinación sea mayor. Solo me queda recomendarles este libro magnífico. No se arrepentirán.

A la pálida luz reflejada del techo, los limbos graduados de aparatos e instrumentos se asemejaban a una galería de retratos. Los redondos tenían un pícaro aspecto, los ovalados se dilataban con insolente jactancia y los cuadrados permanecían inmóviles, como petrificados en su obtusa fatuidad. Las lucecitas —azules, anaranjadas, verdes—, que centelleaban en su interior, hacían más real la impresión aquella. En el centro del convexo cuadro de comando, resaltaba una ancha esfera de color purpúreo. Ante ella, inclinada en incómoda postura, había una muchacha. Olvidada del sillón que tenía al lado, pegaba la frente al cristal. El rojo resplandor le iluminaba el juvenil rostro, tornándolo severo, de más edad, en tanto sombreaba los labios carnosos, destacando sus trazos, y afilaba la nariz, un poquito arremangada. Las anchas cejas fruncidas habían tomado un matiz intensamente negro y daban a los ojos una expresión sombría, desolada. El rítmico golpeteo de los contadores fue interrumpido por un leve chirriar. La muchacha se estremeció y echó hacia atrás los finos brazos para enderezar la cansada espalda…

• Editorial: Editorial Progreso
• Impreso en: Moscú
• Género: Ciencia ficción
• Páginas: 347
• Ilustrador: N. Grishin
• Traductor: A. Herráiz
• Dimensiones: 205×130

La frase (2)

«La distancia no es razón para llorar, sino para tener algo por qué vivir». (Anónimo)

P.S. Me voy por unos días a un lugar donde me esperan mágicos abrazos, donde mis baterías se recargarán con las energías más positivas del mundo, donde veré la luz que hace seis años no veía y respiraré la brisa de un mar que durante años me sonrió y me salpicó de bendiciones… Sé que entiendes esta momentánea separación y sabes que te hubiera llevado conmigo. De hecho, te llevo en cada latido, en cada pensamiento que se asoma a mi memoria, en mi piel que recién has estrenado y estás aprendiendo a descubrir. Anoche cuando me besaste para despedirnos sentí incontrolables impulsos por todo mi cuerpo, me puse atómico, creo que levité… Percibí una intensidad que no habías manifestado hasta ahora y me dormí feliz y soñé contigo y te hice al amor en mis sueños y cantamos juntos nuestras canciones favoritas. No me he ido y ya te extraño, como si se escapara el tiempo y no hubiera consuelo, con el miedo de que se me desborden dentro los besos y las caricias… Te quiero, tú sabes hasta dónde y de vuelta.

Musiquita para tus oídos y tu corazón

Porque sabes que me fascinan estos temas, y porque sé te gustan, aquí va esta pequeña selección de lo que escucho ahora:

No tengas miedo
yo te invito
sube
aquí te espero
sentado en
una nube.

Entonces choqué
con esa pared
que me derrotó
que me derrumbó
me hizo caer.

Todo cambia de color
cuando estas cerca de mí
porque llenas mi interior
y me arrancas el amor…

Alex Ferreira, Nelson Poket y David Torrens cantan para ti, corazón.